Sobre la religión y las ideologías

domingo, 13 de septiembre de 2015

Son muchos los que se autodenominan progresistas, incluso hasta con vocablos tan antiguos como modernos, y no voy a decir liberales porque en el ámbito político es todo lo contrario a lo que su nombre nos puede hacer creer. Pero sin embargo en este afán de libertades que desean tener en todo el mundo que les rodea, coartan las libertades de todo aquel que no piense como ellos, desean eliminar del mundo tanto el pensamiento como las ideas que profesen el resto, y al final tanto un extremo como otro siempre acaban jugando a lo mismo.

Esta cuestión se nota muy acusada en lo que a religión se refiere. Y es que profesar una religión en este país se ha convertido en un anatema, algo que debe ser erradicado y se olvidan de que en esas libertades que tanto anhela, acaban negándosela a los millones de creyentes de todas las confesiones religiosas. 



No tratan sino de sacar a la palestra todos los trapos sucios, y para ello no se muerden la lengua en tachar a los creyentes de ilusos, ignorantes, necios y demás barbaridades, señalar al clero como vividores como si de estos no hubiera en el resto de profesiones, de acusarlas de practicas depravadas como si el resto de los mortales estuvieran libres de tal pecados, porque en todas las profesiones se fuma y en todas cuecen habas. Se niegan a conocer la labor que realizan miles de voluntarios en todo el mundo, la ayuda que reciben familias necesitadas en tiempo de crisis, la mano de animo en el hombro del párroco de turno. Nos llaman necios quien no conoce la doctrina social, quien niega la labor que realizan.

Rememoran una y mil veces la historia, eso si, siempre la que les interesa, los pecados, pero nunca hablan de los sacrificios de las personas, de la fundación de las primeras escuelas en todo el mundo - ya nadie se acuerda de La Salle o de las escuelas salesianas, de los hospicios, casas cunas, asilos que han sido mantenidos la mayoría de ellos por obras de caridad. 

Esto termina con la asignatura de religión, que es condenada todos los años por el gobierno de turno, olvidándose de que la religión forma parte de nuestra historia, por poner un simple ejemplo que sería el grado en Historia del Arte sin la religión, pero puede que el arte interese poco a los que la critican. Como me propuse que iba a ser corto, coloco aquí un texto del P. Vicente Juan, hablando sobre la asignatura de religión, que demuestra como se puede criticar desde el conocimiento.

El socialista francés Jean Jaurès, sin profesar la fe católica, matriculó a su hijo en clase de religión y le decía: «¿Cómo sería completa tu instrucción sin un conocimiento suficiente de las cuestiones religiosas sobre las que todo el mundo discute? ¿Quisieras tú, por tu ignorancia voluntaria, no poder decir una palabra sobre estos asuntos sin exponerte a decir un disparate?». Y añadía: «La religión está íntimamente unida a todas las manifestaciones de la inteligencia humana; es la base de la civilización y al margen de ella es ponerse fuera del mundo intelectual y condenarse a una cierta inferioridad, al no querer conocer una ciencia que han estudiado y que poseen en nuestros días tantas inteligencias preclaras».

Me gustaría acabar con una frase de la comunista Rosa de Luxemburgo, que nos hace meditar que es la libertad.

"La libertad solo para los que apoyan al gobierno, solo para los miembros de un partido no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente."

Y es que lo que realice una persona con mala voluntad - que haberlos ahílos - no debe significar que el resto actuemos de forma similar.



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