La Caverna y los que solo ven sombras.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Para comenzar este blog que mejor que elegir un tema tan conocido como el mito de la Caverna. Este mito habrá sido interpretado en multitud de ocasiones, aunque cada cual puede realizar su interpretación. Al entrar en el interior de la caverna, nos encontramos con personas que mirando fijamente a una de las paredes ven sombras, aceptando estas como realidad, y es que en multitud de ocasiones vemos tantas sombras que no nos paramos a pensar si lo proyectado sobre mi mundo es real o una mentira. 

Las sombras pueden ser engañosas si la persona que las realiza trata de embaucarnos y hacer creer que tanto sus intenciones como su realidad son las verdaderas. Nuestra pequeña mente que no se preocupa y que tampoco se abre a la opinión, y ni tan siquiera intenta preguntarse si lo que realmente ve es verdadero o una ilusión, permanece embobado, atónito sin apenas percatarse de que esta siendo engañado. Se entretiene con estas sombras e incluso lo que ve, oye o lee lo va pasando de uno a otro.


Por alguna fuerza que aun no llegamos a comprender, nos levantamos, miramos nuestra propia sombra en la pared y nos hacemos la pregunta ¿es mi sombra verdadera o falsa? es en este momento cuando nos giramos y con la única intención de conocer la verdad caminamos hacia el exterior de la caverna. Es entonces cuando descubrimos el engaño y las sombras no son más que el producto de personas mal intencionadas se muestran en todo su esplendor, conocemos el origen de la mentira y descubrimos la verdad, perdemos la confianza en seres a los que conocíamos. Es entonces y según el mito cuando el hombre encuentra la verdad.

Esta luz cegadora, abren al hombre a un nuevo sentimiento, la vergüenza, nos sentimos avergonzados al haber sido engañados, al dejarnos embaucar, nuestra mente se siente indecisa, con ira, con desconfianza, pues creíamos a fe ciega que todo lo era verdad. Desenmascaramos al mentiroso es entonces cuando descubierta la verdad, corremos hacia el interior e intentamos hacer conocer al resto de personas que aun se encuentran contemplando las sombras que no son mas que mentiras, que es un burdo cuento para hacernos creer que eso es la verdad, pero la verdad esta más allá y es total y diferente. Nuestra sorpresa va en aumento, pues no solo ninguno de ellos se levanta, sino que además ninguno de ellos nos cree y es más, ninguno se preocupa por descubrir la verdad.

A veces la mentira y el engaño se encuentran también orquestados que ni tan siquiera nos preguntamos si lo que realmente vemos, leemos o nos cuentan es verdad o mentira. Pero aún no haciéndolo, si somos capaces de sacar nuestras propias conclusiones, si somos capaces de posicionarnos, es entonces cuando comienza la injusticia, que la vemos muy fácil en la televisión, en los periódicos, en la calle, pero tan difícil verlas en nosotros mismos. Pocos son los que nos levantamos y nos damos cuenta de lo injusto que hemos sido, pocos los que se atreven a reparar el error. pocos los que señalan al mentiroso

¿y tú? ¿Vas a permanecer sentado?

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