Basílica de Santa María de Arcos de la Frontera

sábado, 24 de octubre de 2015

Enclavada en pleno centro de la ciudad, la hoy Basílica Menor de Santa María es un templo repleto de riqueza arquitectónica. La actual Iglesia se encuentra construida sobre una primitiva iglesia visigótica. Con un templo en origen mudéjar de los siglos XIV o XV que tras unas profundas remodelaciones realizadas durante la primera mitad del siglo XVI queda convertida en un templo del finales del gótico, incluyendo retazos del plateresco, en el conviven otros igualmente relevantes de tipos renacentistas y barrocos (fachada de la nave de la epístola, dominada por su enorme torre).

Santa María de Arcos

Utilizada como mezquita durante la dominación musulmana, el antiguo templo visigótico vuelve al culto cristiano con la reconquista de la ciudad en 1264. Aunque esta datado en los siglos XVI, su ábside es mucho más temprano y se encuentra encuadrado en los primeros años del siglo XIV. El ábside se encuentra decorado con yesería mudéjar.

La porta principal es de gran envergadura y ocupa toda la superficie del hastial, a su lado encontramos grandes contrafuertes circulares con baquetones, arcos ciegos y pináculos. Los arbotantes adintelados se realizan en torno a 1680 por el jerezano Diego Moreno, que sostienen los muros de la iglesia por el llamado callejón de las monjas.

Entre la riqueza artística y arquitectónica que guarda en su interior, destaca la capilla de Belén o del Bautismo acabada en 1700, con portada renacentista y una cúpula elíptica. Su coro es terminado en 1744 y el facistol se data en 1731.
El trascoro es apreciable nada más entrar. Arriba, se encuentran gráciles yeserías rematadas por la imagen de San Miguel, patrono de Arcos. En él se da la conjunción del barroco y el ojival resuelto de manera maestra. Enmarcada en un retablo, un cuadro de la Inmaculada, obra de Felipe Muñoz (en 1730) y un curioso altar con incrustaciones de piedras rosa y las puertas de cedro, caoba, naranjo y granadillo.

las obras Martín de Gaínza, a quien, en estilo ya renacentista se le atribuye la resolución y rica decoración de las bóvedas del presbiterio, la Capilla Mayor y la Sacristía, ésta última de planta centrada y bóveda rebajada, cuyo esquema deriva de la de la Catedral de Sevilla, que el maestro concluyó a la muerte de Riaño.

En el siglo XVIII se proyecta la torre. Esta es una torre inacabada, que prevía sobre el actual un segundo cuerpo de campanas, más otro de planta octogonal para el reloj, y otro más similar como remate final. En ella se conjugan elementos renacentistas con otros barrocos, especialmente los balconcillos redondeados bajo las campanas, estatuas, y menudos adornos de piedra alternados con semiesferas cerámicas vidriadas.

Interiormente destaca su importante Retablo Mayor, concertado en 1585 por los artistas Juan Bautista Vázquez el Mozo y Jerónimo Hernández, que muere al año, siendo sustituido por su discípulo Andrés de Ocampo, quien realiza la mayor parte entre los años 1594 y 1608.

Esta iglesia de Santa María fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931. Las escalinatas de piedra que conducen al rellano donde se asienta la Basílica datan de 1732.

Junto a la iglesia no podemos olvidar el castillo que en sus tiempos albergo un pequeño reino de Taifas y pasear por sus múltiples callejuelas que nos asomaran a hermosas vistas de las puertas de la sierra gaditana

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